Movieron la Biblioteca Juan Bautista Alberdi que funcionaba frente a la Plaza Lafinur y la propiedad quedó abandonada

Para la historia de la ciudad, la Plaza Juan Crisóstomo Lafinur y todo alrededor tiene una importancia significativa. Allí está el origen de la ciudad de Villa Mercedes. En ese sitio fue fundada como el Fuente Constitucional el 1º de diciembre de 1856, por el gobernador Justo Daract. Por lo tanto se asoman en la zona las construcciones más antiguas.

Hasta el año pasado, junto al archivo histórico periodístico “Edmundo Tello Cornejo” (el mismo edificio donde funcionó entre 1903 y 1989 La Voz del Sud) estaba la Biblioteca Juan Bautista Alberdi, en Belgrano 188. Que estuvieran ahí tenía un sentido. Le daban valor al pasado.

Esa propiedad fue alquilada durante la gestión de Mario Raúl Merlo, y allí se hicieron las refacciones necesarias para que ese sitio se convirtiera en un espacio de la cultura, con sectores de lectura y exposición de cuadros. Pero todo eso fue hasta noviembre cuando la actual gestión decidió rescindir el contrato con el propietario, Carlos Yamin, y trasladar los estantes con los libros.

“Tomaron la decisión de levantar la biblioteca de ahí, con toda la inversión que se hizo y que pagamos todos los ciudadanos, y no sabemos por qué. He quedado apaliado moralmente”, contó el dueño de la casa.

La construcción comparte el techo con el archivo, y la diferencia es que su fachada fue modificada hace muchos años. Contó que cuando la alquiló tenía las arañas colgantes que iluminaban las habitaciones, y un patio con una parra de más de 100 años que por estos días tiene colgando sus racimos de uva.

“No hicieron el mantenimiento que una edificación como esta lo necesita. No respetaron nada de lo que decía el contrato, lo que dicen las leyes. No limpiaron las canaletas, el agua se acumuló en los techos y eso provocó que comenzara a caerse el cielorraso. La cocina quedó clausurada y sacaron hasta una mesada de mármol, las canillas”, enumeró como algunas de las dificultades que ahora enfrenta y que lo tiene en conflicto con el municipio.

“Nadie se quiere hacer cargo. Una desidia e irresponsabilidad. Los vidrios están rotos. Me sacaron el garage, porque lo usaban como sala de lectura, hasta las baldosas originales y pusieron capas de cemento. Se pulverizó un vidrio que da a la calle y eso ha quedado a la buena de Dios, abandonado todo. La propiedad está totalmente destruida”, sostuvo.

“Pensé que ese iba a ser el lugar definitivo de la biblioteca porque es un lugar estratégico, es ahí donde se fundó la ciudad. Y tenía la ilusión de donar esa construcción cuando me muera”, contó Yamin en diálogo con El Chorrillero.

Recuerda que su padre, Elias fue pionero en las carreras de auto y también instructor de vuelo. Era el encargado de realizar destrezas aéreas en las fechas importantes. Su madre, Porota, fue anfitriona de reuniones destacadas y ligadas siempre a la cultura. Su único hermano, que era piloto de avión comercial, falleció en un accidente aéreo. Después de todo eso se quedó solo, únicamente con los recuerdos encerrados en esa construcción.

La vida lo tiene hoy radicado en Buenos Aires, y con la “angustia” de los sentimientos rotos.

El Chorrillero visitó el lugar y comprobó el estado de abandono y el riesgo que corre de ser usurpada una, sin dudas, de las edificaciones más históricas del lugar.

A eso se suma otro dato que no es menor. En la esquina, el edificio del archivo (en Belgrano y Potosí) también corrió la misma suerte: solo quedaron en la pared tres placas que permiten entender que alguna vez esas paredes fueron importantes, o que algo ahí adentro tenía valor.

También se consultó al área de prensa municipal y confirmó que ahora la biblioteca (que ha paseado por muchas sedes) se encuentra ahora en Belgrano 365, aunque no hay ninguna descripción que la identifique. Por la tarde no había atención al público el pasado miércoles.